jueves, 4 de octubre de 2012

Voto a los 16: ampliando mentes y derechos


La propuesta de modificación del código electoral, que permitirá a los jóvenes votar a partir de los 16 años, causó polémica entre quienes creen que se trata de una medida con intenciones demagógicas y quienes sostienen que es un proyecto democrático e inclusivo. (ver nota en El Nuevo Diario


Habrá muchos que pensarán que es una locura, que los chicos a esa edad son inmaduros pero antes de sacar conclusiones precipitadas quizás valga la pena detenerse repensar un poco. Ser mayor de edad, es decir cumplir los 18 años a veces no marca nada, porque la inmadurez puede seguir estando en la persona, y el derecho a voto se adquiere solo por una cifra que determina el DNI. Otras tantas veces, los jóvenes de 15 y 16 años demuestran una madurez mucho mayor de quienes son considerados legalmente mayores de edad.

Si a esto sumamos el hecho de que a ellos, a esas generaciones más jóvenes, se les acusa desde hace tiempo de un grave desinterés por la política, quizás esta propuesta de inclusión de los menores al voto electoral pueda impulsarlos a que conozcan y se preocupen por los derechos civiles y políticos.
 ¿Y qué pasaría si no sucede así? Pues habría unos cuantos ausentes más de los padrones electorales que no harían ningún daño. Además si a los 16 años los jóvenes pueden empezar a ejercer otros derechos como trabajar o conducir un vehículo ¿por qué a esa edad no puede tener el derecho a voto? La medida no es absurda como creen muchos. 

"Callen a ese maldito corazón"


Emiliano Voiro, actor de la obra.
Una nueva puesta en escena cobra vida en el diminuto escenario de la Biblioteca Franklin, que en esta ocasión abre sus puertas a “El corazón delator”, un unipersonal interpretado por Emiliano Voiro sobre la obra del escritor estadounidense Edgar Allan Poe. La actuación de Voiro en la obra es por demás certera y eficaz, como ya nos tiene acostumbrados, creando relatos de suspenso muy bien logrados.
El intérprete de tan singular obra se formó en el Instituto Alemán y luego siguió su perfeccionamiento a través de seminarios y talleres de improvisación. Creó y trabajó en el elenco “Somos los que estamos Teatro” y participó en diversas producciones de los grupos: Aristágoras, Lanotannegra y Sobretabla. En el 2010 participó en la Teatrina con esta puesta que hoy nos presenta.
En “El corazón delator”, un asombroso relato en primera persona, Voiro nos cuenta sobre la obsesión de un personaje anónimo con el ojo enfermo de un anciano con el cual convive. Minuciosamente el espectador va conociendo los detalles del malestar que esto le provoca. La obsesión del protagonista, un crimen, la policía, alucinaciones y el latir del corazón del viejo amo crean un laberinto en el que el actor lleva al público a un clima de suspenso.
Con una escenografía sencilla, “El corazón delator” se convierte en una apuesta fuerte que no solo da que pensar sino que cautiva al público hasta el último momento.

Educación Sexual Integral, responsabilidad compartida


Han pasado 6 años de su aprobación y la ley de Educación Sexual Integral (ESI) 26.150 no se ejecuta en la provincia de forma igual en todas las instituciones escolares. La polémica está en quién debe asumir el rol de educador sexual. ¿La familia? ¿La escuela? o ¿Ambos?


Como ya dije en otra ocasión somos potencia en derechos humanos ya que nuestras leyes avanzan cada vez más hacia su contemplación. Sin embargo no siempre es fácil instalar leyes dentro de una comunidad como  San Juan donde surgen grupos de resistencia que se niegan a su aplicación.

Algunos sectores, allegados a los diferentes credos religiosos, sostienen que debe ser una tarea de los padres. Que cada familia inculque los valores que desea a sus hijos de acuerdo a sus creencias. Pero qué sucede cuando los padres no asumen tal responsabilidad porque ellos fueron educados en un paradigma social donde de sexo no se hablaba. Era un tema tabú. Y qué sucede con aquellos jóvenes que viven situaciones de violencia en el hogar o sus padres están prácticamente ausentes en su formación por razones laborales o problemas diversos (alcoholismo, drogadicción o simplemente abandono del niño). Es así que la familia no siempre puede hacerse cargo de un tema de tal magnitud.

Por esto el estado debe sí o sí responder y actuar garantizando el derecho de los niños, niñas y adolescentes a estar informados y a recibir una educación sexual integral. La escuela debe ocuparse del tema y trabajarlo en conjunto con la familia. Pero mientras más perdamos el tiempo discutiendo acerca de quién debe hacerse cargo, los jóvenes están experimentando diversos tipos de relaciones sexuales, sin las precauciones necesarias, con el riesgo de trasmitirse alguna enfermedad o de quedar embarazadas sin desearlo.

Es así que nuestros jóvenes quedan a la deriva, viviendo en una nebulosa llena de temores y de culpa. Todo por falta de información. Todo por falta de un compromiso social por parte de nosotros, los adultos.  Por ejemplo,  la escuela Juan Mantovani, ubicada en el departamento de Albardón, una escuela que posee diversas realidades problemáticas (relaciones incestuosas, abuso sexual y embarazos adolescentes). Mientras los jóvenes viven esas situaciones, los docentes han decidido dejar en el armario las revistas otorgadas por el ministerio de educación. Una de las razones que dio Silvia Arévalo, docente de la institución, es que los profesores no quieren lidiar estos temas con los padres por temor o por oposición a que se trate en la escuela. Y así con los brazos cruzados se quedan también otras escuelas como la Normal Sarmiento que argumenta que “los docentes no están capacitados” y tampoco tienen interés en hacerlo.

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De esta forma, el derecho de los jóvenes a una formación sexual queda en falta. También debido a sectores de la comunidad que por pretender sostener “un ideal” del sexo, demonizan la propuesta de educación sexual impartida por el Ministerio de Educación de la Nación.  Una ley que busca aclarar dudas y que los jóvenes tomen decisiones conscientes y críticas en relación con el cuidado del cuerpo y el ejercicio de la sexualidad.

Pero ojo! No todo el panorama es tan gris como parece. Hay instituciones como la Universidad Nacional de San Juan y los colegios pre-universitarios que ya están desarrollando estrategias para ejecutar en materia la ESI. Es claro que el cambio se va ir dando de a poco. Es difícil dejar atrás los prejuicios y la formación que los adultos recibieron desde pequeños. Pero es importante aceptar que somos seres sexuales desde que nacemos y que no podemos hablar de sexo solo cuando van a formar una familia.

Mi insistencia está en que negar las realidades no soluciona nada. Conocer, hablar y tratar estos temas en profundidad nos hace seres libres, conscientes y reflexivos a la hora de actuar. Asumamos en conjunto el compromiso de educar a los jóvenes  en un camino del respeto y el cuidado para que puedan vivir la sexualidad plenamente, de forma responsable y sin prejuicios. La ley de ESI debe cumplirse. No es un capricho, es un derecho. 


¿Quién crees que debe asumir el rol de educador sexual en los jóvenes? ¿La familia? ¿La escuela? o ¿Ambos?

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